En esta primera entrada, vamos a acercarnos de una forma general a las inmersiones con bebés, con una lista de consejos preliminares:
- No debemos tener prisa en realizar inmersiones con el bebé. Debemos respetar sus tiempos de adaptación en este nuevo medio, para poco a poco ir introduciendo un contenido más a trabajar: la inmersión.
- El trabajo de inmersión debe hacerse de manera progresiva. Nos iremos acercando para hacer la inmersión propiamente dicha, primero con ejercicios en los que se vaya introduciendo solamente la barbilla debajo del agua, posteriormente la boca, pasaremos a boca y nariz, en una siguiente etapa boca-nariz-ojos, hasta llegar a la inmersión completa de la cabeza.
- El trabajo de inmersión deberemos realizarlo cuando el bebé esté tranquilo y relajado, nunca cuando se encuentre nervioso o llorando.
- Es muy importante para el bebé identificar cuando va a hacer una inmersión para poderse preparar para ello. Por eso debemos habituarle siempre a una misma señal, por ejemplo: Contar "1,2 y 3" y decir "agua". Después, le soplamos en la cara. En ese momento el niño aprenderá a cortar la respiración para no tragar agua.
- Es muy importante también realizar los movimientos tanto de descenso hacia el agua, como de elevación fuera del agua despacio. El niño se puede asustar por un movimiento brusco, más que por la inmersión en si.
- Debemos tener en cuenta que los niños suelen abrir los ojos debajo del agua, por lo que si el papá es capaz de realizar la inmersión junto al bebé sobre todo las primeras veces, le trasmitirá una mayor seguridad y un menor rechazo a éstas.
- Es fundamental aplaudir y felicitar al bebé después de una inmersión y que vea al papá con cara alegre, y no de susto, ya que si ve que nosotros nos asustamos, para el significara que es normal asustarse.
No hay comentarios:
Publicar un comentario